Hasta ahora no lo había entendido, pero creo que ya lo tengo bastante claro después de ver el desenlace de las trifulcas que acontecieron en el partido de ida de semifinales. Porque de ese partido, según leo en la prensa y escucho en la radio, salió un equipo ganador junto con otro equipo perdedor, pero este crucificado y a punto de acabar en la cárcel. Según se puede entender por medio de los medios de comunicación, el Real Madrid provocó una crisis en el campo de innumerables faltas pisando y pisando a los pobres jugadores del Barcelona de los que solo pudimos ver sus caras de dolor extremo; hasta Pepe casi parte un pié al pobre de Alves, que fue sacado en camilla.
El Real Madrid, según los medios de este país, despreció a la afición y al mundo entero por no hacer el juego que mejor le habría convenido al Barcelona para hacer un 5-0, sin importar si también el Barcelona se relegó en sus pretensiones. Arbeloa provocó al siempre activo portero suplente Pinto, que reaccionó de forma algo brusca en el descanso, pero del que apenas nadie dice nada en ninguna parte porque todo ya está perdonado, la prensa le quiere. A Mou lo expulsaron por ser lo que toda la prensa dice que es: el mayor enemigo del mundo perseguido por siete países y acusado de múltiples delitos, entre ellos el de ser el creador del anti-futbol. Del árbitro dice la prensa que se comportó como un señor por haber hecho pagar justamente las pillerías del Real Madrid que, impotente, se limitó a hacer daño. Ah, y el Madrid tiene a Cristiano Ronaldo en sus filas, eso lo condena a la peor de las críticas en cualquier crónica o partido que no haya pasado algo más interesante. Es un recurso fácil que la mayoría de los diarios suele usar. Esta es de forma general la crónica nacional al respecto, y el que se salga del guión, no sale en la foto.
Sin embargo, yo veo una lectura muy distinta y les diré porqué creo que la mía es la mejor.
Primeramente, porque sin tener demasiados conocimientos de fútbol, ya había criticado y comentado con otras personas la exageradas caras de dolor en la Copa del Rey por parte del Barcelona que, de expresivas, despertaban en el interior de cualquiera que los viera un sentimiento de impotencia y pena por el fallecido. Perdón, el lesionado. Perdón, el asaltado. Aunque ahora voy a pedir perdón de nuevo, esta vez va a ser porque muchas de esas veces simplemente fue el “tropezado” y nada más, solamente eso; pero por la expresión del jugador podemos pensar que era alguna de las otras opciones enumeradas, que fue apuñalado, quemado o torturado, todo esto sin que las cámaras vean algo más que una obstrucción y a veces, ni eso.
Sinceramente, ahora sí que estoy seguro de que en algún momento de los entrenamientos ensayan y comentan las mejores maneras de hacer esa simulación de dolor, ese teatro que de exagerado resulta vulgar, pero que dentro del campo y acompañado por la presión que tiene pitar un encuentro así, resulta completamente eficaz.
Y seguidamente, sé que el Barcelona está protegido por el mundo del futbol porque existe una relación especial entre el aficionado español en general, con el FC Barcelona. Una relación muy fuerte, mágica e infinita, que puede nunca se acabe porque nos ha permitido soñar de por vida.
El Barcelona tiene un pacto con el aficionado español, por haber ganado un mundial. Sí, como lo oyen, estamos hartos de escuchar que la selección española es el FC Barcelona, y esto lo hemos visto muchas veces a través de la prensa. No importa Xavi Alonso, Cazorla, Cesc o Torres.
Por eso el jugador suplente del Barcelona se puede plantar a darle una bofetada al defensa del Real Madrid, al que estaban ya acosando. Por eso nadie dirá nunca nada de cómo los jugadores del Barcelona acosaban al árbitro una y otra vez. Nadie dirá nada sobre el paseo en camilla de Dani, ni del dolor de muelas repentino que tuvo Busquets, casualmente cuando estaba encima de Marcelo. No importa lo que haga, es el ganador de un mundial y lo que haga, bien hecho está.
El mundial como he leído en alguna ocasión en “El mundo deportivo”, lo gano Villa para el resto de los españoles, y tendríamos que hablarle de usted. El mundial lo gano Puyol u Piqué, por ser un muro inquebrantable. El mundial lo ganó Xavi, con sus pases. El mundial lo ganó Iniesta, con su gol.
Sin embargo, nadie habla del penalti contra Paraguay, en el que se dio la vuelta al encuentro. Nadie dice nada de los dos paradones UNO CONTRA UNO, pasando completamente de todos los delanteros, medios y defensas para que en unos instantes eternos, viéramos una película de terror de unos pocos segundos de duración que se convirtieron en horas. Como protagonistas el bueno de Iker, el malo de Robhen y el feo del balón, y como escenario una portería de más de 20 metros cuadrados. Vimos la película, tuvo un final feliz y continuamos con el partido. Luego vino una segunda parte del film que tuvo mucha aceptación por el público, pero como ya habían visto la primera parte ya se sabían en final. Y luego marco Iniesta, no antes.
Pero el mundial, lo ganó el Barcelona, no lo duden. Y no porque lo diga la historia o las hemerotecas, sino porque lo dice la prensa española y eso aquí, va a misa.
El resto de los equipos españoles aceptaban que jugaban contra la selección y por eso se exponían con planteamientos más bien de “aguante”, reservándose para otros partidos en donde si colocaban sus esperanzas de victoria. Todos menos el Real Madrid, ya sea por compartir un número importante de aportaciones a la selección, ya sea por la ambición de Mourinho.
Dicén que los grandes gestas se realizan en los momentos difíciles. Así como la copa del Rey de hace solo unos días. Para eso es para lo que nacen los héroes, para hacer lo que nadie hace, en el momento más difícil, con todo en contra. Como en las películas en donde al bueno se le muere el padre, el malo le quita la chica y el jefe le expulsa del trabajo.
Yo me habría conformado con ver perder al Real Madrid haciendo el juego de Mourinho, o viendo a Messi y a Villa torear a Pepe y Arbeloa en la defensa. Yo me habría conformado con ver a Victor y a Dani bloquear a Cr7 y a Di María. Pero la forma en la que el Barcelona, al abrigo del beneficio de haber jugado con la selección cuando esta ganó un mundial, a desactivado las estrategias que Mourinho planteó dentro del campo de fútbol, no me pueden conformar. Mourinho puede pecar al decir las cosas muy claras, y no ser “políticamente correcto”, pero ni sus jugadores hacen teatro ni la prensa no lo defiende.Y si alguien dice que por algo será, yo le diré que por el mundial y algo más. Si Mourinho no hubiera atacado al FC Barcelona, si esta trifulca hubiera sido contra el Villareal o el Alcorcon, Mourinho sería un tipo cojonudo, uno de esos que caen bien a todos, niños y grandes, por ser locuaz, agudo y sincero. Pero eso no toca ahora, vino a enfrentarse al mejor equipo del mundo, y el más amado de España, y eso, en este país, se paga caro.
Mientras estaré aquí sentado, disfrutando del fútbol del FC Barcelona, pues es el mejor equipo del mundo en estos momentos, pero esperando que el gran tiburón blanco vuelva, a por venganza.